lunes, 11 de junio de 2012

TESTIMONIO FOTOGRÁFICO DE UNA REALIDAD LEJANA...

En la India, se llama “renunciante” a aquellas personas que abandonan la vida material y se dedican a pasar sus días en procesión hacia el Himalaya. En este deambular, el renunciante experimenta el mayor desapego hacia todo lo material, al punto de, prácticamente, no poseer pertenencias o bienes personales. De esta forma, encuentran su máxima elevación espiritual y priman el dialogo y el compartir como actividades fundamentales de subsistencia.
Omar Zangrandi es un fotógrafo nacido en la provincia de Mendoza. Su profesión lo ha llevado hacia los lugares más recónditos del planeta y lo convierte, de alguna forma, en un trabajador nómade. En el 2010, se le presentó la posibilidad de filmar un audiovisual sobre el río Ganges y permanecer en la India durante dos meses. Es allí dónde, mientras cumplía con su trabajo, sintió la fuerte, fija y atenta mirada de un renunciante, quien decididamente, se le acercó, le ofreció compartir lo poco que tenía para comer y le mostró una nueva faceta de la población hindú.
El día 20 de abril, se inauguró en la sala del Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar la muestra de fotografías Retratos de la India. Frente a sus trabajos, el mendocino comentó que “cuando el hindú mira, MIRA”, y es en este hecho en dónde descubrió el sinfín de maravillas que aúna el ser humano en su rostro. 30 fotografías se presentaron como testimonio de una realidad ajena y lejana; 30 imágenes abarrotan la sala y la sumergen en una dimensión de incienso y piel tostada; 30 retratos con deslumbrantes expresiones generan la sensación de multitud presente desde la bidimensión del soporte; 30 miradas siguen sigilosamente el recorrido del observador mientras le susurran historias de tierras añejas, sabores picantes y dioses del agua.
Los personajes que Omar cruzó y conoció durante su estadía en la India, fueron inmortalizados en bellísimos primeros planos sin identidad aparente y enmarcados por distorsionados paisajes que no interfieren en la apreciación de los rasgos faciales, actitudes o sentimientos. ¿Qué es o será de la vida de estas personas? Quiénes son, dónde están, de qué se ríen son algunas de las tantas dudas y curiosidades que surgen frente a sus francas presencias.
Intensos colores, telas profusamente ornamentadas, turbantes prolijamente acomodados sobre arrugadas sienes, metales brillantes que adornan femeninas pieles morenas, masculinas barbas que denotan tanto status social como sabiduría extrema, son detalles significativos de la población hindú capturados con la lente humana de la cámara y el ojo técnico del fotógrafo argentino.
No existe ningún factor que distraiga el contacto visual uno-a-uno establecido entre observador-retratado. Y es por ello que no deja de surgir en el imaginario colectivo el interrogante sobre si los retratados son los observados o los observadores. De alguna forma sutil e inocente, el visitante que concurre a la muestra se siente observado por aquellos humildes pero férreos ojos que lo invitan a conocer y compartir parte de sus vidas.
“Esta es la postura del hindú ante la vida, no esconden nada y su mirada es directa. Existen otras culturas y formas de vivir que, sin prejuicios, debemos aceptar y compartir”, afirmó el fotógrafo mientras sus perspicaces ojos recorrían cada una de las bellas, tiernas y misteriosas fotografías al tiempo que relataba pequeñas anécdotas sobre cada una de las personas retratadas. Una hermosa forma de conocer otra cultura y de permitirle a la creatividad imaginar historias alrededor de personajes anónimos.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 5 de mayo de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

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