lunes, 11 de junio de 2012

PINTURAS DE SERES IMAGINARIOS...

Diego Domínguez no conoció personalmente a Pablo Picasso, no tuvo la posibilidad de escribirle una carta ni pudo hacerle un llamado telefónico para consultarle como realizaba sus trabajos. No obstante, y a pesar de que sus pinturas son muy distintas, ambos acordaron y pronunciaron a la vez una celebre frase que marcó el sentido de la historia del arte: “de niño pintaba como Rafael, sin embargo me llevó toda la vida aprender a pintar como un niño”.
Una sonrisa picara se dibujó en el rostro de los visitantes que concurrieron a la inauguración de la muestra del pintor nicoleño el pasado 3 de mayo. Y, a modo de complicidad frente a las joviales obras, cada uno revivió y rememoró las tiernas imágenes del pasado infantil.
“Dos en uno” es el nombre con el que se reúnen dieciséis pinturas de saturados colores, seres imaginarios y violentos trazos de fibrón negro. Estos trabajos fueron meticulosamente planificados, medidos y organizados desde la óptica del adulto, pero sin embargo, en el momento de su concreción, aquella racionalidad se vio despojada de su ser y dio paso a una libertad expresiva como pocas veces la mano del hombre mayor comprende.
Temas reales y fantásticos, visiones de lo actual y recuerdos latentes fueron recreados expresivamente por la imaginación infantil del artista quien no reparó en la utilización de grandes formatos y abundantes materiales. Brujas, fantasmas, grandes ojos mirones, el señor de la moto, el barrio de la infancia e infinitas escenas dentro de un mismo soporte, introducen al observador en una mágica realidad de sueños, fantasías y cuentos que despiertan las ganas de dibujar y colorear despreocupadamente. Ubicar parte de las obras en medio de la sala y a modo de laberinto, contribuyeron también a involucrar al espectador en el bello juego de las escondidas, revitalizando la adrenalina de perderse entre enredos de cintitas, rincones oscuros y caminos de purpurina.
Diego ve la realidad a través de sus ojos adultos pero al conectarse con el arte, la representa alegremente como si los años no hubieran pasado. Sin preocupación, se expresa en gotitas de pintura, pinceladas de brillito y rayitas de alegres colores que destapan la caja de los recuerdos del imaginario adulto. Como fuegos artificiales permite que despeguen y exploten las memorias de la infancia que nos conectan nuevamente con la libertad de soñar e imaginar sin límites.
"Tanto la brujita como su universo forman la idea de que el ser humano, día a día, enfrenta los desafíos con toda su carga karmica", afirmó dulcemente el pintor minetras sus juguetones ojos posaban la vista sobre los personajes que flotaban mágicamente sobre la pared.
Gracias a sus pinceles, este artista ha vuelto a ser niño o, mejor aun, ha descubierto que nunca ha dejado de serlo.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 19 de mayo de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

TESTIMONIO FOTOGRÁFICO DE UNA REALIDAD LEJANA...

En la India, se llama “renunciante” a aquellas personas que abandonan la vida material y se dedican a pasar sus días en procesión hacia el Himalaya. En este deambular, el renunciante experimenta el mayor desapego hacia todo lo material, al punto de, prácticamente, no poseer pertenencias o bienes personales. De esta forma, encuentran su máxima elevación espiritual y priman el dialogo y el compartir como actividades fundamentales de subsistencia.
Omar Zangrandi es un fotógrafo nacido en la provincia de Mendoza. Su profesión lo ha llevado hacia los lugares más recónditos del planeta y lo convierte, de alguna forma, en un trabajador nómade. En el 2010, se le presentó la posibilidad de filmar un audiovisual sobre el río Ganges y permanecer en la India durante dos meses. Es allí dónde, mientras cumplía con su trabajo, sintió la fuerte, fija y atenta mirada de un renunciante, quien decididamente, se le acercó, le ofreció compartir lo poco que tenía para comer y le mostró una nueva faceta de la población hindú.
El día 20 de abril, se inauguró en la sala del Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar la muestra de fotografías Retratos de la India. Frente a sus trabajos, el mendocino comentó que “cuando el hindú mira, MIRA”, y es en este hecho en dónde descubrió el sinfín de maravillas que aúna el ser humano en su rostro. 30 fotografías se presentaron como testimonio de una realidad ajena y lejana; 30 imágenes abarrotan la sala y la sumergen en una dimensión de incienso y piel tostada; 30 retratos con deslumbrantes expresiones generan la sensación de multitud presente desde la bidimensión del soporte; 30 miradas siguen sigilosamente el recorrido del observador mientras le susurran historias de tierras añejas, sabores picantes y dioses del agua.
Los personajes que Omar cruzó y conoció durante su estadía en la India, fueron inmortalizados en bellísimos primeros planos sin identidad aparente y enmarcados por distorsionados paisajes que no interfieren en la apreciación de los rasgos faciales, actitudes o sentimientos. ¿Qué es o será de la vida de estas personas? Quiénes son, dónde están, de qué se ríen son algunas de las tantas dudas y curiosidades que surgen frente a sus francas presencias.
Intensos colores, telas profusamente ornamentadas, turbantes prolijamente acomodados sobre arrugadas sienes, metales brillantes que adornan femeninas pieles morenas, masculinas barbas que denotan tanto status social como sabiduría extrema, son detalles significativos de la población hindú capturados con la lente humana de la cámara y el ojo técnico del fotógrafo argentino.
No existe ningún factor que distraiga el contacto visual uno-a-uno establecido entre observador-retratado. Y es por ello que no deja de surgir en el imaginario colectivo el interrogante sobre si los retratados son los observados o los observadores. De alguna forma sutil e inocente, el visitante que concurre a la muestra se siente observado por aquellos humildes pero férreos ojos que lo invitan a conocer y compartir parte de sus vidas.
“Esta es la postura del hindú ante la vida, no esconden nada y su mirada es directa. Existen otras culturas y formas de vivir que, sin prejuicios, debemos aceptar y compartir”, afirmó el fotógrafo mientras sus perspicaces ojos recorrían cada una de las bellas, tiernas y misteriosas fotografías al tiempo que relataba pequeñas anécdotas sobre cada una de las personas retratadas. Una hermosa forma de conocer otra cultura y de permitirle a la creatividad imaginar historias alrededor de personajes anónimos.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 5 de mayo de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

CON BRILLO PROPIO...

A fines del 2011, un grupo de inquietas mujeres comprendieron que el trabajo en equipo podría brindarles nuevas herramientas para continuar con sus proyectos. Convocadas por la necesidad de que sus voces tengan un sustento y bajo la premisa de “emprender es empezar”, se formo en la Federación de Comercio e Industria la asociación Mujeres Emprendedoras San Nicolás, un espacio en dónde no sólo se llama al debate sino que también se estimula al crecimiento y al avance personal, profesional y laboral de la mujer dentro de la sociedad actual.
Profesiones de las más variadas e historias de vida de lo más disímiles, no son un impedimento para que estas tenaces damas tracen un nuevo camino en sus vidas, haciendo públicas sus labores, compartiendo sus anhelos y disfrutando de la grata compañía del mismo género. Son grandes y orgullosas emprendedoras que nos honran trabajando en pos de una sociedad más justa y equitativa, derribando obstáculos y esforzándose para que sus propósitos se concreten.
Para hacer de conocimiento social sus actividades y, en coincidencia con la semana en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, el sábado 3 de marzo inauguraron un ciclo de actos en homenaje a la mujer que se extenderá durante todo el mes de marzo. Glorificar al género femenino y expresar que sí es capaz de luchar para hallar un nuevo rol en la sociedad serán las principales actividades que la agrupación fomentará, incitando y contagiando a nuevas interesadas a sumarse al cambio futuro.
Entre las distintas actividades a realizarse, quedó inaugurada la muestra de obras y trabajos de artistas locales que incluye desde pintura, dibujo y escultura hasta fotografía, moda y artesanías. Ana Cappella, Alejandrina Capadoro, Mónica Dávila, Caido Di Lorenzo, Carlos Colombo, Mariana Marziali, Susy Oltensdorfs, Claudia Otero, la Agrupación Aborigen Madre Tierra y los ganadores del concurso fotográfico del Fotoclub San Nicolás, brindaron una bella, tierna y cálida visión sobre la presencia de la mujer en la vida diaria. Jóvenes, profesionales, bailarinas, madres, actrices, reinas, amigas, recién levantadas, abuelas, cantantes, modelos, vestidas, en malla, paseando e infinidades de actividades, labores o cualidades reflejadas en los trabajos artísticos demuestran que la mujer es una hacedora de lo cotidiano y una artesana nata que modela en sus manos la simpleza de la vida. En cualquier circunstancia, no pierde su luz ni el brillo que la caracteriza y que la eleva al honorísimo status de musa universal por excelencia. 
“Somos mujeres capaces que confiamos en nuestras actitudes. Intentamos avanzar para recorrer nuevos senderos en dónde el límite es el cielo”, afirmo con solemnidad Susy Oltensdorfs en la inauguración del ciclo. “Con Brillo Propio” es una mirada local sobre la mujer contemporánea en un hermoso homenaje a todas las mujeres del mundo.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 10 de marzo de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

PARA INCENTIVAR Y FOMENTAR LA CREACIÓN DEL ARTISTA LOCAL...

En San Nicolás, afortunadamente, los proyectos plásticos se han puesto en marcha: las nuevas ideas brotan por doquier inundando todos los ámbitos y espacios sociales al tiempo que comienza a vislumbrarse una nueva efervescencia artística, tan maravillosa como firme y sólida.
Lentamente (y en ocasiones casi por casualidad), comenzaron a agruparse aquellas personas que comparten la inquietud de darle al arte un nuevo sentido, ubicando al artista dentro del circuito de trabajadores profesionales y a su producción en un lugar digno para ser exhibida y contemplada por el público necesitado de creatividad.
No solo desde estos simples párrafos se intenta difundir lo que sucede artísticamente a nivel local, sino que también se han creado nuevos espacios físicos destinados a albergar y cobijar al incipiente polo artístico nicoleño. Es así como, al unirse y fusionarse artistas, obras, espacios reservados al arte y la necesidad de llegar a toda la población, se ideó un evento único y sin precedentes en la ciudad: durante cuatro días se podrá visitar una exposición-feria de arte en donde no solo se apreciarán los trabajos de genios locales sino, también, se podrán adquirir sus obras a un precio módico y accesible.
Históricamente, los artistas solo producían obras por encargue y basadas en los criterios de quien peticionaba el trabajo. Actualmente, las formas de producción han cambiado al punto de invertir la situación: es el cliente quien adapta su gusto a lo que el artista le ofrece y quien elige la obra de una producción realizada con anterioridad. A favor del consumidor que sea así ya que goza de mayor libertad frente a la gran variedad de trabajos y su elección solo estará guiada por su gusto e interés. De esta forma, Araceli Marzetti, Alfredo Medrano, Caio Di Lorenzo, Carlos Colombo, Diego Dominguez, Diana Torres, Eric Franco, Gladys Vazquez, Gustavo Giampietro, Lolo Parigini, Mariano Abad, Miguel Mariezcurrena y Silvia Martinez, junto a artistas invitados, ofrecerán al público una selección de sus mejores trabajos que abarcan desde pintura y escultura, hasta dibujo y fotografía. Los visitantes que concurran a deleitarse con el excelente nivel de resolución plástica, podrán adquirir la pieza que su criterio seleccione y llevarla con un certificado de autenticidad emitido por el personal correspondiente presente en el momento de la venta.
“Comprar obras de arte no solo es la mejor inversión, sino también es el negocio perfecto”, afirmaba el ex marchante belga Stan Lauryssens quien se dedicó exclusivamente a la venta y adquisición de obras de Salvador Dalí. Es importante que apoyemos a nuestros artistas y que colaboremos en la formación de esta nueva generación de creativos, incentivando su labor y fomentando su imaginación en pos de brindarle al arte el lugar que tanto ansia.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 26 de noviembre de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

FIESTA DE ARTE...

Cuando se celebra un cumpleaños, generalmente se hace una torta y se soplan velitas. Sin embargo, cuando se trata del aniversario de un bien material, de una institución o de un inmueble, se debe apelar a la creatividad para hallar una forma alternativa de homenajear abarcando el ser y la esencia del protagonista en cuestión. Así es como, el día 8 de noviembre, alumnos y profesores realizaron una fiesta multidisciplinaria en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar que incluyó cuerpos en movimiento, sonidos, imágenes y objetos conmemorando el 23° aniversario de la Escuela de Arte 501.
¿Cómo se puede homenajear a una institución que desborda arte? Justamente, desbordando arte. La celebración comenzó con una bellísima demostración de danza itinerante, la cual se desplazó desde la calle Maipú hacia el interior de la sala sumando e invitando a mover el cuerpo al son del ritmo. Mientras tanto, sonidos provenientes de la Sala Auditorio Municipal se escapaban de divertidos instrumentos y fluían por entre los espectadores y las obras en exhibición.
Dibujos a lápiz, cerámica, flautas, miles de colores, instalaciones, pinturas, ejercicios en tinta, manchas, esculturas, imágenes en movimiento, guitarras, colages, caricaturas, pianos, mariposas, 2 y 3 dimensiones, blanco y negro, danza, proyecciones de cortos, transparencias e infinitas resoluciones, técnicas y disciplinas se hicieron presente en el festejo dejando gran parte de los trabajos en una exposición que permanecerá abierta hasta el 20 de noviembre.
“La sala era un despiole de arte, en cada rincón sucedía algo y todo transcurría con alegría y disfrute”, afirmó eufórico Carlos Colombo quien brindo toda su ayuda y predisposición para llevar a cabo esta emotiva, pero a la vez jocosa celebración.
Es la primera vez que la Escuela de Arte expone en la galería y no lo hizo escatimando detalles: fue una verdadera fiesta de arte que expuso y deja en exhibición por dos semanas los trabajos más bellos de sus profesores y alumnos. Los discípulos han homenajeado a su templo de una forma tan creativa y artística, como cariñosa y resplandeciente de orgullo para con la institución que con tanto amor los cobija.
Felicidades y felicitaciones a la Escuela de Arte y, por sobre todo, al equipo de profesores y a la comunidad de alumnos que hicieron posible este aniversario.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 19 de noviembre de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

AFORTUNADO RECOLECTOR DE MÁGICOS HECHOS...

Las ciudades albergan una cantidad sorprendente de lugares míticos en los cuales es posible hacer un alto en el trajín diario y mezclarse entre finos granos de café y azúcar blanca. El bar es toda una institución argentina en donde confluyen las más variadas situaciones y circunstancias: es un recinto que gestó grandes revoluciones, que vio nacer pasionales amores, que sintió el acoso de acérrimos hinchas blanqui-celestes y cobijo las más tristes desesperanzas.
Los visitantes que concurrieron a la inauguración de la muestra De Gira de Caio Di Lorenzo el viernes 14 de octubre, con satisfactorio agrado y jovial alegría, descubrieron que San Nicolás no es la excepción en cuanto a bares se refiere. La sorpresa fue masiva ante la revelación del gran número de establecimientos expendedores de café que, desparramados y dispersos, habitan la ciudad.
Durante varios meses, mientras el imaginario colectivo degustaba el característico aroma de la máquina de café y oía el tintinear de las cucharas golpeando las tazas,  sigilosas manos dibujaban trazos fugaces y apresurados motivados por el deseo de inmortalizar aquel instante real y cotidiano en que el mozo deambula entre los obstáculos hasta servir suavemente el aperitivo al cliente. Es allí donde, casi como un niño, Caio jugó a ser detective: decidió sentarse y husmear una faceta de la mística del bar que pocos tienen la suerte de dilucidar. Tanto sus lápices como su cámara fotográfica exploraron con hábil maestría lo que sucedía en el breve instante en que se vacía un cortado en jarrita. Sacando punta a su visión, descubrió cuál es el rincón con vida propia, cuál es la mesa con el aura más brillante y cuál el personaje bienamado y habitúe al que todos saludan al entrar.
Cincuenta dibujos realizados con calidas líneas manifiestan la ternura y el amor con que este retratista de lo cotidiano representó un pequeño fragmento de nuestra ciudad. El dibujante y pintor se ha convertido en un humilde buscador de iconos y en un afortunado recolector de mágicos hechos. La simpleza conmueve y enternece al punto de sentir el amargo gusto del café mientras se observa y reconoce qué bar es el de la imagen en exhibición.
“El bar es una fábrica de ideas: llegaba, sacaba fotos, dibujaba al mozo y me iba”, afirmó el artista nicoleño mientras todos los espectadores quedaban hipnotizados recordando viejas anécdotas vividas en aquellos lugares.
Es probable que lo hayamos cruzado por algún bar, mezclado entre tazas y botellas o camuflado entre los visitantes que vienen, consumen y se van pronto. Que bello placer saber que un artesano del grafito desliza sus sintéticos y esbozados trabajos entre bebidas añejas y licores desteñidos sobre mesas que albergan mil historias nicoleñas.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 29 de octubre de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

"LAS VÍSPERAS", UN RECORRIDO POR LAS PROCESIONES MASIVAS...

La realización de manifestaciones en la vía pública, movilizaciones populares y convocatorias masivas en determinados espacios de las ciudades, forma parte de la consolidación de la Argentina como nación. La evolución del país se caracteriza por el espíritu de lucha de su pueblo expresado en reuniones públicas o encuentros multitudinarios en fechas simbólicas, momentos precisos o ante hechos puntuales. Sin embargo, en los últimos años, y dado el contexto socioeconómico, se ha desarrollado toda una cultura relacionada con las marchas y procesiones que convocan a miles de personas a desplazarse por las calles con un mismo motivo o en aras de un propósito determinado. Recorrer grandes distancias a pie, no solo es, como sucede a menudo, en repudio o reclamo por un descontento; también lo es en cuestiones de fe, de festejos o, simplemente, como exposición.
En cualquier caso, como espectadores de tal hecho, solo observamos la aglomeración o el transitar de las personas y solo somos partícipes o nos involucramos mientras perdura el andar o se realiza el encuentro. Sin embargo, ¿dónde comienza una manifestación? ¿Dónde nace o quién da el primer paso al trayecto a recorrer?
El día 9 de julio, Miguel Cámpora presentó en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar imágenes que no se suelen ver o que desconocemos. Treinta y cinco acrílicos se aglutinan bajo el título Las vísperas y expresan desde escenas cotidianas hasta los primeros encuentros de pequeños grupos momentos antes de la congregación masiva hacia una futura manifestación.
Las obras poseen todos los elementos necesarios para configurar una escena del diario habitual en donde se narran rutinas, costumbres u oficios de las personas dentro de una comunidad multiétnica. Los personajes plasmados sobre el lienzo poseen vida propia gracias a una adecuada resolución plástica en donde la rigidez de sus rostros, la presencia de sus cuerpos y la tenacidad con que realizan sus actividades, los llenan de poesía y emotividad, al punto de contarnos mil historias en breves trazos. Los grandes pies desnudos arraigados en la tierra son alegorías del andar, son vestigios del correr del tiempo mientras se trabaja o se pelea para conseguir un espacio digno dentro de la sociedad. Los tonos tierra y la paleta de grises establecen una conexión directa entre los cuerpos y el suelo; los cabellos negros y las prendas de saturados colores son reminiscencias de culturas aborígenes cercanas; la correcta composición y distribución de las figuras deja al descubierto una atmósfera de unidad humana y compañerismo fraternal entre los que conforman la vanguardia de la naciente procesión.
Montados en una especie de línea cronológica, los trabajos del artista nicoleño trazan un recorrido horizontal en donde resulta difícil no sumarse a la caminata y, a pesar de ser simplemente espectadores, nos acoplamos y acompañamos el desplazamiento de aquellos personajes ataviados con insignias culturales. Cada imagen es una pieza de gran reflexión gracias al empleo de un lenguaje que aboga por la unión social y la alianza entre las personas en tanto hijos de la misma tierra. “Es el  momento de que marchemos unidos: debemos juntarnos y tomar las banderas de América”, afirmaba acérrimo el pintor local al tiempo que suma su causa al porvenir de su patria.
Las vísperas son momentos de grandes ansiedades, pero la movilización ya emprendió su andar y, de a poco, comienzan a oírse las voces en la lejanía, los instrumentos musicales que con fuerza descargan sus sonidos y los pasos firmes de aquellos vigorosos que marchan con sus banderas en alto, su tenaz dignidad y el orgullo de pertenecer a esta tierra.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 16 de julio de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

CIRCUITO TURÍSTICO, HISTÓRICO Y CREATIVO POR EL OBELISCO...

En la mayoría de las ocasiones, una “muestra colectiva” es una exposición en donde se plasma de tantas formas como artistas participen una misma temática o problemática. Al confluir observaciones distintas sobre un mismo hecho, la exhibición es muy rica en imágenes y cada interpretación se considera una obra individual pero a la vez colectiva. Cada mirada es un trabajo, cada artista brinda una representación única sobre el tema en cuestión a la vez que construye vínculos de hermandad con las demás creaciones suspendidas sobre el hilo conductor.
El arquitecto Néstor Julio Otero y su asistente Federico Alonso llegaron desde Capital Federal para compartir una celebración un poco fuera de lo común para lo que, como nicoleños, estamos acostumbrados a festejar. En una ciudad del interior del país, conmemorar el 75° aniversario del nacimiento del Obelisco de Buenos Aires, además de ser toda una genialidad, es algo que no se pensó ni especuló que podría suceder. Sin embargo, es así como el día 24 de junio se inauguró en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar la muestra colectiva Testigo Silencioso 1936-2011.
En la sala de exposición ubicada en Maipú 22, mezclando pintura, fotografía, escultura, dibujo y video, 70 artistas se reunieron bajo un mismo pretexto: homenajear a un icono argentino en su cumpleaños. 70 imágenes del obelisco, 70 representaciones y formas distintas de un mismo objeto, cada una signada por la grandilocuencia de las manos creadoras. Allí radica la magia y el factor sorpresa de la libre interpretación y de la huella ocular que cada uno posee. Ningún trabajo es similar a otro, cada individualidad posee su impronta aún habiendo nacido de la misma palabra y de la misma intersección de calles.
Entre los participantes, cabe destacar la presencia de once artistas plásticos locales que sumaron su aporte desde la lejanía geográfica: Natty Bartolini, Miguel Cámpora, Alejandrina Cappadoro, Elzie Diaz Foix, Rubito González, Eduardo Marchiano, Lolo Parigini, Lidia Sancho, Claudia Solari, Susana Tapia y Jaly Vazquez. En sintonía con los demás trabajos, los representantes nicoleños brindaron una magnifica, prolija y cuidada contribución que estuvo a la altura de aquella mole de hormigón. La observaron con cautela y meticulosidad hurgando entre recuerdos y reviviendo las más disímiles visiones del erguido gigante. Fieles a las técnicas y estilos artísticos propios de cada uno, a través de trazos, colores, figuras y volúmenes han dejado su huella de estilo y marca personal otorgando una nueva fábula tejida alrededor de la estructura piramidal.
“¿Quién es el verdadero testigo? ¿De quién es la silenciosa contemplación?” comentaban los presentes en la inauguración de la muestra a la vez que despertaban la incógnita sobre sí los edificios de materiales inertes poseen vida. En este caso, la larga trayectoria confirió al Obelisco de una participación activa como miembro de la sociedad: vivenció victorias futbolísticas y triunfos políticos; sintió la euforia y la ira del pueblo hambriento en sus reclamos cotidianos; observó banderas de colores, eclipses, el deambular de los turistas perdidos y hasta el caer de la nieve. Sin duda, es un testigo fundamental de la evolución de una nación y del paso de su capital de aldea a metrópoli.
Testigo silencioso demuestra a su vez, que los roles pueden invertirse y que, dentro de la sala de exposición, los artistas se convierten en testigos del homenajeado obsequiándole tantos bellos y disímiles retratos como miradas recayeron sobre su ser. Visitar la muestra es una magnífica excursión y un entretenido circuito turístico, histórico y creativo en el cual se puede jugar a encontrar quién es el verdadero observador y quién el auténtico testigo desde la quietud del silencio.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 2 de julio de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

EL ARTE DEL GRABADO...

Existen lugares y espacios físicos que marcan la historia, la cultura y hasta la identidad de una ciudad. Cada población, por más mínimo y escaso que sea, posee un patrimonio histórico y cultural que es de todos y para todos sus habitantes.
En San Nicolás de los Arroyos conviven determinados edificios que, con el paso del tiempo, se han convertido en íconos de la comunidad. A pesar de su desgaste, todavía perduran y se mantienen erguidos, dignos y orgullosos de su monumental presencia. Como seres que habitamos la ciudad, sabemos que están allí, pero pasamos por alto su presencia y, en ocasiones, el trajín diario y la velocidad moderna no permiten que nos detengamos a contemplar su esplendor y belleza. Cansados del desinterés y hasta del menosprecio, actualmente estos sabios ancianos de cemento nos reclaman atención y nos ruegan que los observemos y admiremos, ya que aún conservan su magnificencia y experimentan una latente necesidad de contarnos, una vez más, los cuentos y leyendas que han aprendido con el correr de los años.
El día 8 de junio, se inauguró la muestra de la artista Nancy Córdoba en la Casa Museo Coronel José Félix Bogado. Habiendo nacido a cientos de kilómetros de distancia de la llanura pampeana, su cuerpo echó raíces sobre esta tierra y sus manos absorbieron la identidad de la zona convirtiendo a la artista en una nicoleña más. Es por ello que, agradecida y llena de amor hacia el suelo adoptivo, llevó a cabo un emotivo homenaje a través de cinco grabados experimentales en donde la mezcla de diversos materiales y técnicas dan vida a los íconos arquitectónicos de la ciudad.
Las moles de ladrillos se despiertan del letargo ante la observación atenta y consciente de la pintora y grabadora, quien no sólo busca parte de la historia, sino también características de la identidad. Los colores, los trazos, la inclusión de serigrafía y la superposición de vidrios en relieve dan como resultado imágenes planificadas con la misma meticulosidad con la que los edificios se erigieron sobre el suelo descampado. Son retratos planos y lineales en negro de la arquitectura más representativa de la ciudad posada sobre fondos de colores saturados. Todo cobra vida y se ilumina afirmando su vigencia e incitándonos a que nos detengamos unos instantes y compartamos un diálogo silencioso con paredes y ventanas de propiedad ancestralmente colectiva.
¿Posee relevancia el legado arquitectónico en el presente de la ciudad? Sí. Por el simple y, a la vez, fundamental hecho de ser una de las piezas que construyen los cimientos de su imagen. Aquellos edificios legendarios se imprimen en postales que se exportan hacia las culturas más recónditas, con el fin de transmitirles parte de lo que nos caracteriza y unifica como sociedad. Son monumentos que nos identifican en tanto habitantes locales y como pertenecientes a una misma tradición: hablan de su pueblo, hablan de una comunidad que mezcla en una masa homogénea lo colonial, lo religioso y lo artístico.
Pero, paradójicamente, los edificios plasmados en los trabajos en exposición forman parte, a su vez, de un secreto comunal: sólo los lugareños sabemos dónde hallar cada una de aquellas piezas de arquitectura histórica. Resulta poco probable que, al descontextualizar la imagen del Teatro Municipal e insertarla en una cultura, hábitat o civilización que no posea referencia alguna sobre el inmueble, se valorice de la misma forma que en su suelo natal. El hecho de poseer información sobre los edificios y de haber tenido contacto con ellos, aunque sea una escasa y única vez, nos da el beneficio de convertirnos en cómplices de aquella mole maravillosa escondida entre las adoquinadas calles. En este hecho radica parte de nuestro inconsciente colectivo; allí mismo hallamos fragmentos de nuestra identidad; aquello nos une en un gran conjunto que lleva un solo nombre: nicoleños.
Nancy Córdoba nos invita a redescubrir la ciudad, a pensar cuál es su identidad, a reflexionar sobre su historia y a transformar la mirada de aquel paisaje cotidiano tomando conciencia de las maravillas que poseemos muy cerca de nuestros hogares.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 25 de junio de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar


HISTORIAS Y LEYENDAS EN URDIMBRES DE BARRO...

“Es imposible apagar tanto color”, comentaban con entusiasmo los visitantes que acudieron a la inauguración de la muestra de la artista Ana Boulán el día 2 de junio en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar. Y si algo confirma aquel enunciado, es el hecho de que pocas veces sucede que, en una sala de exposición, se lleve a cabo una verdadera fiesta en homenaje a la creatividad.
Un gran carnaval de colores, música y amistad se presentó de forma cálida y divertida en un ambiente en el que el sabor de la pachamama y los vínculos humanos fueron los protagonistas. Las tiernas melodías de una guitarra y el conmovedor recitar de poesías a cargo de Jorge Menna y Javier Tisera, acompañaron los veinticuatro trabajos en exposición en un alegre jolgorio de formas, sonidos y texturas.
Pintura, restos de tejidos y pedacitos de cerámica conviven armoniosamente dentro de soportes rectangulares, expresando los vestigios de antiguas civilizaciones que sobreviven al paso del tiempo. Historias y leyendas se hacen presentes en la sociedad nicoleña actual mostrando el más festivo folklore creado a través de manos alfareras que enhebran urdimbres de pigmento y barro.
En el instante de contemplación, en aquel segundo en que se posa la vista sobre los paisajes inundados de rojos, tierras y naranjas, miles de seres acuden a nuestro encuentro y nos permiten percibir el mágico sonido de un sicu o una quena que bailan al son de una alegre copla. Gracias a la minuciosa iconografía, las imágenes pasan a ser testimonios pampeanos de una cultura ancestral que conecta el espectador con la madre tierra encargada de zurcir raíces en el imaginario colectivo. La responsable de tan arraigados trabajos es la curiosa mezcla de técnicas mediante la cual se puede respirar la consistencia del suelo, sentir la humedad de la arcilla a modelar y rozar los suaves restos de lanas e hilos prolijamente tejidos.
 “Me soy honesta y todo me sale del alma, para así dejar pequeñas huellas de lo que el barro me cuenta”, afirmó con pasión la artista de Villa Constitución. A través de la ternura de sus maternales manos, nos enseña a no perder el vínculo con la tierra y con la historia de las comunidades autóctonas del territorio argentino. Pequeños símbolos de la herencia aborigen aún no se han perdido y reviven a cada instante en el maravilloso carnavalito que late con fuerza dentro del corazón de la artista.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 4 de junio de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

UNA FORMA DE VER LA VIDA...

Para algunas personas, el arte es un medio de expresión; para otras, es una profesión, un medio de comunicación o simplemente un hobby. Pero, ¿qué sucede cuando el arte es una forma de ver y entender la vida; cuando los ojos perciben la realidad cotidiana como una obra artística digna de ser mostrada?
El 15 de mayo se inauguró la muestra de pintura del artista nicoleño Luciano Martín Armada en el Auditorio Municipal. Ocho acrílicos y dos dibujos son la síntesis del aprendizaje autodidacta que este joven realizó cuando, accidentalmente y a la fuerza, abrió los ojos y debió enfrentarse nuevamente con la realidad.
Luciano no nació con la vocación de artista ni imaginó que los pinceles formarían parte de su cotidianeidad. No se interesó por la pintura más que frente al cuadro de la sala de espera del dentista o cuando se encontraba aburrido dibujando los márgenes de la tarea escolar. Luciano no sabía sobre mezcla de colores, claroscuro o proporciones correctas del cuerpo humano; no sabía de la existencia de Goya, Dalí o Warhol; no entendía la diferencia entre un óleo y una tiza pastel, mucho menos entre un lienzo y un papel. Pero una tarde fría, el destino lo sorprendió en un cruce de calles y, víctima de un cuerpo roto y dolorido, se vio obligado a ver colores donde no los había, a ver formas donde no existían, a plasmar historias sobre un papel en blanco y a construir una nueva imagen del futuro que, afortunadamente, le fue concedido. Los secretos de un corazón asustado coexistieron con fantasmas latentes y dibujitos animados en la mente de este niño-adulto que sólo era dueño del deseo de transitar un mundo distinto al de la oscuridad cotidiana. No fue por azar, entonces, que seres tiernamente monstruosos, fantasías caprichosas, realidades de otro orden y bailarinas sobre plumas nacieran del contacto con el pincel.
Al habitar la línea media entre ser y no-ser, ¿fue el arte el salvavidas que rescató y conectó con la vida el alma de este joven sin convicciones? Sí. Porque fue y es un renacer dentro de un nuevo hábitat psicológico en donde nada de lo ya conocido se halla; es un volver a empezar con la óptica apuntando hacia un sector sensible; es la fuerza y el motivo de superación que utilizó para contar su júbilo de vivir. Es probable que aún no sepa muchas cosas, sin embargo, sólo le basta saber que la vida es una obra de arte para darse ánimo a aprender lo que su mente y manos pueden construir.
“Lo hice sin saber, pero claro, ¿qué iba a pintar si no?”, afirmó el joven artista sonriente y digno frente a sus trabajos.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 28 de mayo de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

EN BLANCO Y NEGRO...

Imaginar un espacio extraño, atemporal, donde se pueda hallar la calma y el silencio, puede concretarse en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar. Una misteriosa quietud se instaló en aquel ambiente convirtiéndolo en puro, sereno y angelical desde la inauguración de la muestra de Pablo Balbis el día 14 de mayo.
El aura mística de los marcos claros posados sobre paredes pálidas y la creatividad onírica del dibujante nicoleño, acompañan el suave deambular de los espectadores mientras contemplan los destellos de figuración que flotan y descansan sobre una realidad surreal. Los once dibujos a la carbonilla en exposición trazan un recorrido en el que el tiempo se detiene y todo queda suspendido en una atmósfera de sueño y ensoñación. La sala se tiñe e inunda en su totalidad de blanco radiante y como fantasmas, las figuras negras se desprenden abruptamente mostrando su precisa resolución y extrema prolijidad.
En aquellas imágenes de paisajes urbanos, cuerpos distorsionados y rostros sin miradas, no hay líneas de horizonte, no existe el límite cielo-tierra porque lo terrenal y lo divino se encuentran fundidos en aquel dormitar mágico del estado alfa. El trasfondo metafísico de abstraer las figuras y objetos, lleva a las imágenes a rozar el límite de lo escultórico: los volúmenes brillantes se desprenden de las zonas oscuras para cobrar vida fuera del papel e incorporarse así, a aquel mundo visionario donde el observador se vincula con la situación irreal que su mente somnolienta sugiere.
La excelente resolución plástica convierte a las temáticas en meras excusas: los dibujos impactan y sorprenden no por las historias que narran, sino por la grandiosa habilidad que el artista posee en la manipulación de la carbonilla. La exactitud de los pasajes del blanco hacia el negro, la maestría del esfumado y los contrastes escrupulosamente pulcros de luz y sombra no permiten la aparición de trazos fuera de lugar o rastros de perturbadoras huellas digitales. Meticulosamente planificadas, cada imagen es el resultado de un cuidado paternal extremo y una organización sutil e inigualable.
“En el dibujo encuentro el origen, la inmediatez, la posibilidad, la idea en su forma más pura. Es la manifestación más elemental del impulso de vivir”, afirmó el virtuoso artista local. El día de la inauguración los presentes fluían delicadamente entre sus trabajos y se entregaban al suave murmuro del espacio intermedio entre conciencia y letargo, entre realidad y fantasía, entre el sosiego y la excitación ante aquella realidad desconocida pero armoniosa.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 21 de mayo de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

MANDALAS DE LUZ...

“Es una botella”, “son canicas” y “es una lamparita”, se susurraba en la inauguración de la muestra de Felisa Savio Obeid en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar. Y si aquellas palabras fluían como suaves murmullos no era por el hecho de que se estuviera develando el secreto de las fotografías expuestas, sino porque se debía evacuar toda duda sobre si realmente un objeto tan trivial y cotidiano como aquel era capaz de construir una imagen tan bella.
Mandalas de luz es el título con el que se reúnen las quince fotografías digitales en la exposición que inauguró el día 29 de abril. Mandala en sánscrito significa círculo sagrado que conduce en el camino hacia la unidad del ser. Como imagen, es un diagrama o una representación compleja circular, generalmente con gran riqueza cromática, utilizada por diferentes religiones para meditar o concentrar energía. Un mandala puede crearse consciente o inconscientemente, pero también se lo puede hallar escondido en la naturaleza o en cualquier objeto de la vida cotidiana. Y es allí donde esta diseñadora gráfica cordobesa encuentra el leitmotiv de su trabajo.
Como un juego infantil, como una búsqueda curiosa y lúdica, todos los objetos que forman parte de su cotidianeidad fueron reobservados con ojos ansiosos de trascender lo habitual y hallar aquel mandala escondido que elevase su alma y espíritu hacia un nivel superior. Pero el doble juego de palabras del título no solo incluye el concepto de imagen que guía la evolución espiritual o la búsqueda de la armonía interna a través de la fotografía, sino que también hace referencia a una nueva forma de entender los objetos: trascender y superar lo material al observarlo mediante el cristal de la luz y transparencia. Con un celoso criterio, seleccionó todos los objetos transparentes, translúcidos, invisibles o casi inexistentes a la vista y los obligó a posar en una ardua sesión hasta dar con la ubicación adecuada y lograr la forma correcta para obtener una bella y apropiada imagen. Experimentando con encastres y superposiciones, e incorporando pigmentos de colores, en la lente de la cámara los objetos se fundieron entre sí y se convirtieron en una masa homogénea que da el resultado final de la fotografía. La abstracción y la distorsión son tan grandes que ya no se puede distinguir entre realidad y fantasía, objeto verdadero o producto de la plácida visión.
¿El secreto de todo esto? Lo descubrió gracias a una mesa de vidrio con una fuente lumínica por debajo. El resto del trabajo se organizó según manifestaciones espontáneas de lo que hay al alcance: así como los mandalas, las fotografías de Felisa ocurren espontáneamente y sin control racional, pero sí con la conciencia y la meta de encontrar la imagen ideal.
Recorriendo cada fotografía, la visión solo queda signada por las emociones que se experimentan en el momento de la contemplación: no hay nada que la condicione, no existe fenómeno que guíe en la observación más que los propios pensamientos y sentimientos. Las líneas, los vibrantes colores y las formas circulares acompañan el fluir en el que la mente se sumerge brindando paz y serenidad, pero sin embargo, en los raptos de conciencia, uno no deja de sentir asombro al descubrir que lo maravilloso de lo que observa en estas obras es quizás el objeto que tenemos delante, sobre la mesa de la cocina o dentro del placard del baño.
La exposición es una forma de meditar con los objetos cotidianos, una manera de encontrar el lado espiritual en los mínimos detalles de la vida diaria, trascendiendo la materia y encontrando el camino que nos guíe hacia la paz y armonía con la que nos convertiremos finalmente en luz.



El texto se publicó en Revista Flop, San Nicolás - Buenos Aires. Para más información: www.revistaflop.com.ar

FOTOGRAFÍAS DE OTROS TIEMPOS...

“Una imagen con olor a campo”, comentaba la persona de mayor edad que presenció la inauguración de la muestra de Lorena Raigal en la Casa Museo Coronel José Félix Bogado. Y si hay una muestra acorde al lugar físico que la alberga, este es el caso más acertado.
No solo la pequeña casa del ex militar paraguayo, sino también las imágenes de la nicoleña ganadora de la Beca Hermenegildo Sabat, inundaron la salita de exposición con aroma a leña quemada, a mañanas frías en la soledad campestre, a hierba fresca y pasto húmedo. Veinticuatro fotografías, en su mayoría en blanco y negro, bastaron para que los presentes se transportaran hacia otros tiempos, hacia épocas pasadas y hacia paisajes fuera de la vorágine de la urbe moderna, experimentando la más placentera calma, quietud y serenidad en el viaje imaginario.
Retratos de vidas inmigrantes que no perduran, de hogares derruidos, de ventanas sin marcos, de horizontes sembrados bien alejados. El hombre ya no está presente, el hombre ya no existe en aquellos paisajes abandonados; el extranjero ya no cosecha la tierra, pero sí la explotó en tiempos lejanos y se intuye su paso y andar gracias a la presencia y conservación de sus objetos. Aún sobrevive la huerta como abastecimiento, sus herramientas todavía son el sostén de una nueva familia, las paredes siguen siendo refugios, la casa por siempre será un amparo ante la inmensidad de la llanura pampeana.
Son postales que inmortalizan la vida en soledad de aquellos seres que poblaron una parte de la historia; son fragmentos de tardes de otoño en poblados diminutos donde nunca funcionaron los relojes; son leyendas que necesitan seguir camino. Hablan de silencio, hablan en silencio sobre vidas despreocupadas, sobre el sosiego de ver las hojas caer, sobre la humedad del rocío en la mañana.
 “Busco historias de vida, busco vidas en soledad. La imagen resultante te aferra a ese momento que ya no está, que ya murió”, afirmó con ternura la artista local. De esa forma, aquellas casas avejentadas por la historia son embellecidas e inmortalizadas por el suave roce de su pequeño dedo contra la cámara, logrando que el leve vestigio de una existencia se clave y eche raíces en una tierra que le perteneció.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 14 de mayo de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar