sábado, 14 de julio de 2012

SORPRENDENTE MUESTRA DE RUBITO GONZÁLEZ...

“Al contemplar los cuadros con escenas de la crudeza social que nos circunda, algo nos hiere la mirada impidiéndonos permanecer pasivos o como simples espectadores”. Éstas fueron las palabras que utilizó Ernesto Sabato para referirse a la pintura realista argentina de la primera mitad del siglo XX. Treinta años después de pronunciarse esta frase y a casi un siglo del periodo artístico en cuestión, en San Nicolás se presentó una exposición de pintura en donde la denuncia social cobra un sentido tierno y cómico a la vez que da paso a la reflexión sobre la coexistencia de realidades sociales disímiles.
El jueves 5 de julio en el loby del Hotel Plaza, Rubito González sorprendió con la presentación pública de su nueva producción artística titulada “Monoambiente”. A pesar de que el artista solo expuso una pizca de sus nuevos trabajos, nos dio pistas para imaginar lo que, celosamente, aun guarda en su taller y nos esbozó el camino para afrontar con seriedad sus futuras obras.
A través del humor irónico, cuatro pinturas funcionan como instantáneas de la realidad socio-cultural actual de gran parte de la sociedad argentina. Mediante la implementación del colage y de la técnica mixta, Rubito representa la piel de un pueblo, la textura de la tez social y la desidia de las miradas que subestiman la vida real. Son los colores los que reflejan la miseria del tierno monoambiente de fantasía en el que muchos se sumergen para delimitar el espacio físico de sus vidas. El aroma de la sopa caliente, la porosidad de la tierra sucia, los fans de “la Su” o la mujer rodeada de hijos, son parte de lo vano y mísero de una realidad que todos aceptan, pero que pocos entienden.
Lo más llamativo de los trabajos en exhibición, es la incorporación de espejos en los soportes bidimensionales: al tiempo que se fusionan con el fondo, generan un espacio tridimensional en donde se confronta al espectador con su propio reflejo dentro de la situación narrada. De golpe, el observador se encuentra habitando una humilde vivienda de chapa y cartón o compartiendo el despertar de una pareja en la intimidad de su habitación. El excelente dominio de la representación hiperrealista y la maestría de la pincelada, terminan de confirmar el hecho de que somos parte de aquella circunstancia y, mientras sigamos frente a la obra, seguiremos formando parte de ella. Es importante destacar que es en ese instante de reconocimiento donde comienzan a brotar infinidades de historias dentro de la mente del observador, las cuales pueden ser reales o no, pero que de todas formas despiertan los más profundos sentimientos de reflexión sobre lo vivencial de la situación.
“Estos trabajos son un adelanto de lo que vendrá. Estoy estudiando y buscando la tridimensión en mis obras. Por suerte la conseguí pero ¡me olvidé como lo hice!”, afirmó el carismático pintor, quien demuestra una jovialidad intachable y un sentido del humor fascinante.
Sin hacer imposición ideológica, el artista nos muestra la desolación y el desamparo cruel de una existencia monoambiental. No hay pudor, prejuicio o miedo en mostrar parte de nuestra sociedad en tanto nicoleños o, más aún, argentinos. El punto de reflexión es claro: es la realidad de todos y del día a día, podemos no verla pero no por ello va a dejar de existir. Afortunadamente, los trabajos de Rubito nos proponen una bella, cálida y sana forma de ayudarnos a afrontar la conmovedora realidad pero con humor y ternura.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 14 de julio de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

domingo, 1 de julio de 2012

EL COMIENZO DE UNA NUEVA ERA...

Si hay un artista alegre, ese es Carlos Colombo. Y no solo es un artista alegre sino que también es un ser humano alegre. Afortunadamente, no escatima en demostrar su jovialidad ni en compartir su felicidad, hecho que confirmó al festejar su cumpleaños el mismo día en que inauguró su muestra de arte. Pintura, tortas dulces y amistad se fusionaron en una noche saturada de colores alborotados dignos de la personalidad efusiva, entusiasta y vivaz del artista.
Los recuerdos vívidos y sensibles de las labores de su abuela, quien se dedicaba a confeccionar bellísimas flores de tela, llevaron a que el pintor nicoleño experimente el más tierno y a la vez sensual amor por las artes. Es la habilidad con las manos de las generaciones precedentes, la que lo han conducido por el camino de la creación plástica funcionando como el disparador de toda su producción pasada y presente.
Bajo el lema “Ayer y Hoy” se aglutinan diecinueve pinturas al acrílico que demuestran la evolución del artista hasta la actualidad. Pero sin embargo, la muestra no se presenta como una retrospectiva, sino más bien como una exhibición de las diferentes etapas de producción que culminan en los gigantescos lienzos abstractos del presente. Experimentar en lo manual, en lo gestual, en lo lúdico o en aquel pétalo por pétalo que construyen el todo de una flor, son una autoevaluación y un demostrarse a sí mismo que aun existe ilimitada creatividad dentro de su ser y que, con paciencia y dedicación, se pueden lograr variantes pictóricas propias de un camino ascendente.
Las variaciones de estilos que se mueven desde naturalezas muertas en pequeños formatos hasta los grandes lienzos con escasas figuras reconocibles, desarrollan miles de preguntas en la mente del artista quien manifestó transitar por un cambio estilístico maravilloso y aun sin rumbo. La paleta de tonos pasteles o de colores quebrados junto con las figuras brumosas en distorsionados fondos de los trabajos actuales, entablan un dialogo diacrónico con sus inicios academicistas y estrictamente racionales. La etapa de la pura abstracción que se sucedió a lo largo de la última década, despertó sus sentimientos de vértigo e inestabilidad que devinieron en imágenes abstractas pero con pequeños focos de realidad como para “sentirme con los pies en la tierra otra vez”.
La muestra se acompañó con la proyección de un corto realizado por Willy Burrut. “Lluvia de colores” se tituló la serie de imágenes en donde se lo ve al artista en pleno acto de creación dentro de su estudio e imbuido en el sicodélico olor a pintura recién mezclada y preparada.
“La etapa de hoy es la que elijo para explotar mientras que construyo lo que haré a futuro”, afirmó el pintor maravillado ante la sorpresa de su propia evolución plástica. Quizás, el agrupar en un mismo espacio décadas disímiles de trabajo y tomar conciencia del camino recorrido, sea el comienzo de una nueva era en dónde cada pincelada sea el despertar de infinitos interrogantes y de nuevos recursos y técnicas artísticas a conocer.



El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento local del día domingo 1 de julio de 2012. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar