lunes, 11 de junio de 2012

"LAS VÍSPERAS", UN RECORRIDO POR LAS PROCESIONES MASIVAS...

La realización de manifestaciones en la vía pública, movilizaciones populares y convocatorias masivas en determinados espacios de las ciudades, forma parte de la consolidación de la Argentina como nación. La evolución del país se caracteriza por el espíritu de lucha de su pueblo expresado en reuniones públicas o encuentros multitudinarios en fechas simbólicas, momentos precisos o ante hechos puntuales. Sin embargo, en los últimos años, y dado el contexto socioeconómico, se ha desarrollado toda una cultura relacionada con las marchas y procesiones que convocan a miles de personas a desplazarse por las calles con un mismo motivo o en aras de un propósito determinado. Recorrer grandes distancias a pie, no solo es, como sucede a menudo, en repudio o reclamo por un descontento; también lo es en cuestiones de fe, de festejos o, simplemente, como exposición.
En cualquier caso, como espectadores de tal hecho, solo observamos la aglomeración o el transitar de las personas y solo somos partícipes o nos involucramos mientras perdura el andar o se realiza el encuentro. Sin embargo, ¿dónde comienza una manifestación? ¿Dónde nace o quién da el primer paso al trayecto a recorrer?
El día 9 de julio, Miguel Cámpora presentó en el Complejo Cultural del Teatro Municipal Rafael de Aguiar imágenes que no se suelen ver o que desconocemos. Treinta y cinco acrílicos se aglutinan bajo el título Las vísperas y expresan desde escenas cotidianas hasta los primeros encuentros de pequeños grupos momentos antes de la congregación masiva hacia una futura manifestación.
Las obras poseen todos los elementos necesarios para configurar una escena del diario habitual en donde se narran rutinas, costumbres u oficios de las personas dentro de una comunidad multiétnica. Los personajes plasmados sobre el lienzo poseen vida propia gracias a una adecuada resolución plástica en donde la rigidez de sus rostros, la presencia de sus cuerpos y la tenacidad con que realizan sus actividades, los llenan de poesía y emotividad, al punto de contarnos mil historias en breves trazos. Los grandes pies desnudos arraigados en la tierra son alegorías del andar, son vestigios del correr del tiempo mientras se trabaja o se pelea para conseguir un espacio digno dentro de la sociedad. Los tonos tierra y la paleta de grises establecen una conexión directa entre los cuerpos y el suelo; los cabellos negros y las prendas de saturados colores son reminiscencias de culturas aborígenes cercanas; la correcta composición y distribución de las figuras deja al descubierto una atmósfera de unidad humana y compañerismo fraternal entre los que conforman la vanguardia de la naciente procesión.
Montados en una especie de línea cronológica, los trabajos del artista nicoleño trazan un recorrido horizontal en donde resulta difícil no sumarse a la caminata y, a pesar de ser simplemente espectadores, nos acoplamos y acompañamos el desplazamiento de aquellos personajes ataviados con insignias culturales. Cada imagen es una pieza de gran reflexión gracias al empleo de un lenguaje que aboga por la unión social y la alianza entre las personas en tanto hijos de la misma tierra. “Es el  momento de que marchemos unidos: debemos juntarnos y tomar las banderas de América”, afirmaba acérrimo el pintor local al tiempo que suma su causa al porvenir de su patria.
Las vísperas son momentos de grandes ansiedades, pero la movilización ya emprendió su andar y, de a poco, comienzan a oírse las voces en la lejanía, los instrumentos musicales que con fuerza descargan sus sonidos y los pasos firmes de aquellos vigorosos que marchan con sus banderas en alto, su tenaz dignidad y el orgullo de pertenecer a esta tierra.




El texto se publicó en el Diario El Norte, San Nicolás - Buenos Aires, en el segmento cultural del día sábado 16 de julio de 2011. Para más información: www.diarioelnorte.com.ar

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